Último episodio publicado: 11 de marzo de 2024


19 de septiembre de 2017

Impresiones con 'Return to Holy Tower': puzles en 'modo radastaniano' para tu ZX-UNO

Que estemos ante uno de los primeros juegos casi terminados realizados para Spectrum mediante el denominado "modo Radastaniano" no es cosa baladí; de hecho, el esfuerzo de Jordi «Hark0» Bayó por tener lista esta especie de continuación del Escape From the Holy Tower original de Jevilon de 2012, compatible con ZX-UNO y emuladores para Speccy compatibles con el modo de vídeo como ZesarUX, demuestra que la escena está más fuerte que nunca. Y si no, dejad que os contemos cómo hemos vivido esta colorista aventura para Spectrum que no parece para Spectrum...



Ideado por nuestro amigo Miguel Ángel «Radastan» hace ya unos años, e implementado en el core del ZX-UNO por Miguel Ángel «Mcleod_Ideafix» Rodríguez, el modo gráfico "Radastaniano", compatible con ULA plus, proporciona unas diferencias gráficas nada sutiles con respecto a los típicos píxeles y paleta de colores del Speccy de toda la vida. Así, y sólo fijándonos en las frías cuestiones técnicas, este modo permite una resolución de 128x96 píxeles, con 16 colores por píxel a elegir de una paleta de nada menos que 256. La ausencia del denominado color clash típico del Spectrum (la mezcla de colores cuando sprites se superponen con otros o sobre el fondo), y un aspecto más similar a los gráficos de Atari 7800, por ejemplo, lo alejan de lo que estamos acostumbrados a ver en un Spectrum.

El primer nivel es una simple toma de contacto, aunque guarda una trampa en forma de imán...

De esta forma, una vez metidos en harina, sólo la combinación de teclas Q, A, O, P (¿o era O, P, Q, A?) nos recordará que realmente estamos frente a un juego creado, en esencia, para nuestro querido micrordenador de toda la vida; modificado en algún grado, eso sí, pero en esencia es nuestro Speccy. Esto, que ni es malo ni es bueno per se, divide de alguna forma las sensaciones que el jugador curtido de la era de los 8 bits pueda tener al enfrentarse a este juego, o futuras producciones realizadas mediante la misma técnica: ¿es Spectrum pero no lo parece?

Pero dejando esas potenciales controversias aparte, a nosotros nos encanta, y bajo nuestro punto de vista es cierto que supone un nuevo e interesantísimo impulso a la comunidad y a la escena del Spectrum en particular. Y además, ¡qué narices! Resulta ser un juego divertido, retador y que posee en su interior un factor rejugable infinito gracias al editor de niveles y a la intención de su autor de que los jugadores se animen a compartir sus creaciones como si de un Mario Maker se tratase. ¿No es fantástico?

Al iniciar la partida podemos elegir entre estas opciones

Return to Holy Tower es un juego de puzles, continuación espiritual del título anteriormente mentado de Jevilon. Se sustenta sobre una sencilla premisa: recorrer los diferentes niveles, recogiendo las monedas para abrir la salida y continuar hasta la siguiente fase. Las diferentes trampas, así como el diseño de las estancias y los objetos, harán que la aventura de Jordi nos atrape irremediablemente, controlando a ese divertido diablillo. Y es que, cuando por fin habíamos escapado de la maldita torre donde un mago nos había encerrado en el juego de 2012, ahora nos damos cuenta que nos hemos dejado nuestros preciados calzoncillos en el interior. Nada peor para un demonio de nuestra categoría que andar por ahí con todo eso al fresco, ¿verdad? Así que nos internaremos de nuevo en la torre, esta vez para encontrar nuestros preciados gayumbos.

¡Mi reino por unos gayumbos!
Con esta divertida y surrealista premisa volveremos a enfrentarnos a un buen puñado de niveles que irán complicándose a medida que avanzamos - a partir del 5º, el juego empieza a exigir que nos estrujemos un poquito más las meninges. ¡Justo cuando termina la demo que hemos probado! Controlando a nuestro demonio en cuatro direcciones, resolveremos las fases recogiendo las monedas que nos abran la escalera que da acceso a la siguiente fase. Pero claro, esto es un juego de puzles y la cosa no iba ser tan sencilla, ¿cierto? Y es que por cada paso que demos nuestro medidor del tiempo bajará, y por cada 10 también lo hará nuestra vida. Si cualquiera de los dos llega a 0, moriremos. Kaput. Sanseacabó. Aquí no hay continuaciones ni zarandajas de ésas; habrá que currárselo desde el principio como buenos jugones que somos... ¿O no?

Este nivel nos reserva un par de trampas. ¡Ojo con coger las llaves antes de tiempo!

Si nos quedamos atascados, podemos apretar la tecla 'R' para reiniciar el nivel, a costa de 20 puntitos de vida. Si tocamos unos pinchos, moriremos al instante. Si nos atrapa un imán con alguna llave en el bolsillo, la perderemos y habrá que empezar de nuevo... En fin, todo esto hace que aunque los primeros niveles están pensados a modo de tutorial, para ayudarnos a hacernos con la mecánica general del juego y permiten que podamos hacer un poco el burro, pronto habrá que pensar un poco nuestro próximo movimiento. Y si vemos que no hay manera de avanzar, reiniciar el nivel y buscar una alternativa. Afortunadamente, de vez en cuando podremos recoger una especie de pócima o un reloj, que restauran el marcador de vida y de tiempo respectivamente. Un poquito de ayuda nunca viene mal.

¡El último nivel de la demo que hemos probado nos ha dejado con la miel en los labios!

La demo consta de cinco niveles y no tiene música, pero incluye unos divertidos sonidos, típicos de Spectrum, para cuando se abren las puertas, cogemos un ítem o aparece la salida. Lo suficiente como para que nos acompañen en nuestra aventura, sin estridencias y muy nostálgicos. Gráficos coloristas con paletas de colores imposibles (tal y como podéis ver en las capturas y el vídeo), una presentación muy cuidada y navegación por menús eficaz, nos llevan también hasta el completo e interesante editor de niveles, una opción que no debería pasar desapercibida, sobre todo para aquellos de vosotros que tengáis algo de vena creativa y que además os interese compartir vuestras creaciones con el resto de la comunidad. Un punto positivo para Jordi, que además en el texto de ayuda que acompaña el juego incluye las instrucciones necesarias para manejarlo, junto a la estructura de dichos niveles, por si queremos confeccionarlos de forma externa al propio juego.

Por ahora, el único problema que nos hemos encontrado es que cinco niveles nos han sabido a poco, aunque sabemos de primera mano que Metsuke está trabajando duro en sus propios diseños, así que esperamos un buen puñado de fases cuando el juego aparezca en su versión definitiva. Return to Holy Tower se antoja como una práctica perfecta para ver de lo que es capaz el modo "Radastaniano", más allá de pruebas de concepto, pantallazos o pequeñas demos. Pero es que, además, el programa de Jordi puede convertirse en un divertido juego de puzles a tener en cuenta simplemente por su diversión y jugabilidad; todo quedará supeditado al ingenio y a los problemas que nos planteen las diferentes habitaciones cuando estén terminadas e implementadas en el producto final. Tenemos muchas ganas de que Jordi lo termine, desde luego.

La selección de tiles en el editor de niveles del juego

El otro hándicap es quizás una cierta complejidad al ponerlo en marcha, sobre todo para los más neófitos (o bien ZX-UNO, o bien emulador ZesarUX debidamente configurado), pero todo se arreglaría rápido si los jugones tuvieran en casa un flamante ZX-UNO en lugar preferente entre sus máquinas, dada su versatilidad y concepto expansivo: tan sencillo como copiar en la tarjeta, cargar y jugar. Así que, ¿a qué esperas? ¿Es que aún no te has hecho con el tuyo?


Sigue a Jordi Bayó (Hark0) en twitter para más info

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