Último episodio publicado: 11 de marzo de 2024


24 de septiembre de 2015

Impresiones con Concrete Jungle, el combinado perfecto entre Tetris y SimCity

Es curioso que en los tiempos que corren, cuando la industria dilapida recursos -el que se los pueda permitir, ¿eh, Konami? ¿SEGA?- en proyectos grandiosos que cuestan decenas (¡cientos!) de millones, todavía haya sitio para que un único creador pueda presentar su trabajo respaldado por un puñado de dólares. Porque el juego que ahora nos atañe, Concrete Jungle, es precisamente eso: la humilde obra de un único desarrollador, el británico Cole Jefferies. Y lo mejor es que no se nota en absoluto.




El caso es que tras una exitosa campaña en KickStarter (consiguió un 450% de lo solicitado - es decir, 18.870 £ de las 3.000 £ que pidió. Si eso no es humilde...), el desarrollo del juego ya está completado y, desde hoy mismo, miércoles 23 de septiembre, lo tenéis disponible en Steam Greenlight.

Pero entremos ya en harina: ¿qué tal es el juego? El autor lo define como un “city planning deck-building game”, y yo lo haría en los académicos términos de “una mezcla entre Tetris y SimCity”. Lo del genial título de Maxis no es gratuito, pues no sólo el trasfondo del juego va de la construcción de ciudades, sino que gráficamente los edificios recuerdan a los citybuilders de los 90 con ese SimCity 2000 que tan buenos ratos nos hiciera pasar a los amantes del género.

Con esta pantalla se nos presenta Concrete Jungle,
ya dejando claro mucho de lo que nos encontraremos

El funcionamiento de Concrete Jungle es el siguiente: nos encontramos con una cuadrícula que representa la zona de la ciudad en la que podemos trabajar. A diferencia del Tetris, las fichas -en este caso, edificios- no van cayendo, sino que las podremos situar donde queramos. En cada fila hay que acumular una serie de puntos -varía en cada una de ellas, aunque lo normal son tres- con los edificios que nos van saliendo en la lista a la izquierda del mapa. Los puntos de las casillas donde hay viviendas son los que valen, mientras que los de los edificios de industria y comercio no importa lo que valgan. Eso no significa que no sean importantes, porque modifican la puntuación de determinadas casillas adyacentes, según el tipo de edificio. Así, sobre una vivienda se suman todos los modificadores positivos y negativos y se da una puntuación. Si la línea más a la izquierda ha alcanzado los puntos necesarios esa fila desaparecerá y el mapa se desplazará a la derecha hasta que hayamos completado las líneas que tiene el nivel. Como si fuera un Tetris.

Si conseguimos varias líneas seguidas con la “calidad de vida” exigida
-a partir de 3 puntos, lo normal-, nuestra puntuación se multiplicará

Pero hay que pensar muy bien lo que se pone, analizando los edificios que tenemos disponibles -los dos de arriba de la lista de la izquierda son los que podemos colocar- más los tres siguientes en la cola. Es muy fácil, a la que te descuidas, quedarte sin espacio para colocar el edificio que aumente la puntuación que necesitas, y no se pueden eliminar edificios ya colocados, aunque cuentas con dos vidas desde el incio - gastar una vida te borra la línea de más a la izquierda. Sin preguntas.

Así que, pese a la parafernalia de la campaña, los tipos de edificios y demás, el juego en sí podríamos decir que es más clon del Tetris que citybuilder aunque, eso sí, uno bien evolucionado y ambientado, tanto que a simple vista no parece que sea un Tetris.

El tutorial hay que tragárselo, aunque no es muy largo
y viene bien saber lo que significan cada número y cada opción...
 
Concrete Jungle incluye un modo campaña con una curiosa trama inmobiliaria que ameniza un poco el cotarro a medida que, de paso, te van dando un tutorial del juego -aunque yo lo habría aligerado un poco, o al menos hubiera dado la opción de saltarlo e ir directamente a la parte jugable-, y por supuesto también permite las partidas rápidas o custom, incluyendo las partidas multijugador - aunque esto no lo he probado.

La industria perjudica la puntuación de las vivienda de su alrededor pero, a cambio,
nos da puntos para poder comprar, desde cartas especiales hasta auténticos superpoderes

A nivel técnico, como se puede apreciar, Concrete Jungle no es ningún portento gráfico, pero sí cumple sobradamente -y más teniendo en cuenta el tipo de juego que es-, siendo los gráficos en perspectiva isométrica muy agradables de ver en general, si bien es cierto que determinados edificios se confunden un poco una vez colocados en el plano.

Aquí verás todos los niveles superados, para poder rejugarlos siempre que quieras

Resultan destacables las voces del juego, tanto de la chica que te va guiando en el tutorial como de los distintos personajes de la trama principal, que van saliendo conforme vas superando niveles. No es tan normal que un juego indie con el presupuesto que ha manejado Cole Jefferies incluya voces, y menos aún que sean de la calidad que encontramos en este juego. La música, por otro lado, acompaña perfectamente - suave y ambiental, con un toque sintético moderno que me recuerda los tiempos de las bandas sonoras MIDI, aunque con mejor sonido. Es la misma que tenéis en el trailer, así que podéis juzgar vosotros mismos.

Algunas veces llegas tan apurado que ésta te parecerá una de las pantallas
más bonitas que has visto en tu vida...

Pero como ya hemos indicado, aunque muy sofisticado y evolucionado, Concrete Jungle no deja de ser un alumno aventajado del veterano y venerable Tetris, y como tal, hace de la jugabilidad su principal arma. ¿El juego engancha? Sí. Bastante. Pese a la variedad de bloques -12 diferentes de inicio, aunque luego se puede desbloquear piezas especiales y “poderes”-, Concrete Jungle tiene unas reglas muy simples que hacen que lo pilles rápido, y que cuando llegas a la situación de no poder continuar te maldices por tu ineptitud y te picas contigo mismo para volver a jugar el escenario - pero esta vez, bien.

Cada escenario se engloba dentro de una trama urbanística
que le da sabor al juego, aunque a veces es un poco cansina.

No obstante, si bien el juego tiene muchas luces, también tiene algunas sombras, como puede ser algún fallo en el interfaz. Por ejemplo, todo el juego se maneja con el ratón salvo el desplazamiento del mapa, que se hace con la combinación de teclas “WASD”. ¿No habría sido mejor que al desplazar el ratón hacia los bordes, el tablero lo hiciera a su vez? Y también las casillas de más a la derecha pueden darte algún problema, porque a veces el juego presupone que si mueves hasta ahí el ratón es porque quieres que salga el menú oculto que tiene en el lateral, lo que te exige desplazar el tablero. O que para aceptar una opción no sea con el Enter sino con el Espacio - ¿con el Espacio? ¿¿En serio?? Por supuesto, ninguno de estos defectillos es grave, pero son molestos hasta que te acostumbras a ellos.

Concrete Jungle incluye 13 logros de Steam, algunos realmente complicados de conseguir.

En definitiva, Concrete Jungle es un gran juego, con un apartado técnico más que adecuado para el tipo de juego que es -y más si tenemos en cuenta que todo el trabajo lo firma una única persona- y con una jugabilidad a prueba de bombas. Una compra obligada a poco que te gusten los Tetris con esteroides.


Más info en la web oficial

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